En la lucha contra el envejecimiento el retinol se abandera como un principio activo aliado para la producción de colágeno y elastina, dos proteínas naturales del cuerpo humano cuya función es mantener la firmeza de la piel. Desde luego, su uso, al igual que el de otros tantos productos relacionados, está sujeto a la consideración de otros factores, como el sol o la combinación con otros principios, con el fin de evitar el desarrollo de efectos secundarios.
En este sentido, ya que se cree que puede originarse una reacción con el sol, que lejos de beneficiar el tejido cutáneo, lo perjudique, hay mucha reticencia al uso de retinol en verano. Pero, ¿qué tan cierta es esta creencia?, ¿es posible desmitificar ese pensamiento?